30 diciembre 2010

Poco que decir... Mucho que escuchar...



04 diciembre 2010

Descubrimento musicovocal (in live)

Tengo hambre y sed. En el baño de señoras había demasiada cola y no me apetecía nada esperar. La gente empieza a hacerse dueña de su espacio vital mientras esperamos a que de comienzo el concierto que, con prisas y sensación de "llegamos tarde", hemos venido a disfrutar. Ya es la hora, se apagan las luces y suenan los primeros acordes: «Estos no son» «Me parece que sí» «Que no, tía, que no, que ese no es el cantante» «ah, espera, esta canción la conozco» «No, es verdad, no son» «¿Cómo se llaman?» «Esooooo, funambulista» «Vaya, no suenan mal» ... En la espera tan gratamente amenizada y entre la muchedumbre que aplaude el último tema (algunos con esperanzas de se larguen ya) escucho atentamente sonar un piano... Y una voz... Y...



Me abstraigo de todo lo que sucede a mi alrededor menos de lo que en forma de música acaricia mis oídos... Esas notas de piano, esa voz desgarradora y esa letra tan (tristemente) brutal, me eclipsan durante no más de cinco minutos; lo suficiente para ponerme, literalmente, la piel de gallina y emocionarme por dentro... Me gusta, me gusta que me sorprendan.