28 mayo 2008

Silencios...


«Cada vez que te sientas extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer. Recuerda que un árbol de gran copa y pocas raíces es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raíces y poca copa a duras penas deja circular la savia. Raíces y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas: sólo así podrás ofrecer sombra y reparo, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y de frutos. Y luego, cuando ante ti se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad que respiraste el día que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aun. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tu corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve.»

Fragmento de Donde el corazón te lleve (Susanna Tamaro)

26 mayo 2008

Me gusta que me sorprendan...

... Y me sorprendió. No lo había visto en concierto y su directo me pareció impresionante. Cercano y profesional... Poeta. De los que disfrutan con lo que hacen y saben transmitirlo. Acompañado por una banda espectacular, llenó un auditorio con música que levantó a la gente de sus sillas desde la primera canción.



En septiembre... REPETIMOS! ;-)

09 mayo 2008

De pisadas y tropezones


Paula observa su pie izquierdo. No le gusta su dedo gordo; es cuadrado, desgarbado y sobresale tres milímetros de su posición adecuada. Le duele. Se prohibe mentalmente volver a vestir sus plantas con esos recién estrenados zapatos. Han llegado demasiado lejos en su intención de calzar sus pasos y ahora el dedo gordo de su pie izquierdo luce un chichón rojizo, molesto y poco favorecedor. Y le duele. Nunca debió comprarlos. Ella prefiere caminar cómoda, con pisadas seguras, andar sin tener que calcular cada nuevo paso para evitar tropezarse con cualquier inoportuna piedra o escalón que pudiera cruzársele en el camino. Sin embargo, el día que los vio, se sintió atraída por ese par de plataformas con tacón que tenían toda la apariencia de acabar torciéndole un tobillo. No los necesitaba, pero estaban ahí, luciendo su oferta, seduciendo a su poco solvente tarjeta de crédito. ¿Qué podía hacer? Pasó en dos ocasiones por delante del escaparate de aquella tienda, pasó mirándolos de reojo conteniendo la intención de entrar a probárselos, y a la tercera... la vencida. Ahora era dueña de unos estupendos zapatos rojos asesinos de dedos gordos que, muy a su pesar, debía guardar para siempre en un cajón. Paula observa su pie izquierdo. Siente simpatía por su achichonado y malherido dedo gordo. Ya no le parece tan feo... Y le duele.

02 mayo 2008

Soy...


Soy la pequeña ilusión que puebla tus rutinas,
un espejismo en tu desierto de normalidad,
la balanza de tus días en constante desequilibrio,
un anhelo perdido en el hueco de tus carencias.

Soy ese sueño que nunca se hará realidad,
un complemento perfecto de tu imperfección,
la almohada que te aleja de tus pesadillas,
un paraguas abierto en tus noches de lluvia.

Soy la caricia que te alivia cuando lo demás falla,
un bálsamo curador en tus heridas sin cicatrizar,
la gota que colma tu vaso de necesidades,
un espejo roto sobre el que aprendes a reflejarte.

Soy la duda que atormenta a tus seguridades,
un quicio bajo el que refugiarte cuando te derrumbas,
la respuesta a todas tus preguntas sin resolver,
una manta que te abriga cuando el frío te invade.

Soy... No soy... Soy... No soy...
¿Qué soy? ¿Quién soy?