26 octubre 2010

Toque de atención


¡Eh, tú! Sí, sí, tú, el de ahí abajo. ¡Quieres dejar ya de hacer el tonto! Que si ahora «sí», que si ahora «no», que si «ay, qué malito estoy». Siempre la misma cantinela. Mira que yo soy complicada y, lo reconozco, hasta cansina y rebuscada; pero es que tú, tú estás siempre con lo mismo. La misma historia una y otra vez, una y otra vez. Está claro que no aprenderás nunca. Te dicen «déjate llevar» y te das de bruces contra la misma farola... ¡Plof! ¡ay! ¡uy! ¡buaaaaaah! (pobrecito). Ya, ya sé que yo no te ayudo mucho, que te complico un poco la existencia y que no te dejo volar; pero lo hago con la mejor de mis intenciones y mi único propósito es ayudarte; ver lo que tú, ciego de nacimiento y espíritu, no eres capaz de ver... Lo he intentado de todas las maneras, pero es que, tíooooo, ¡mira que me has salido cabezota! (que bueno que sea yo la diga esto ¿no?); te enterneces, te aceleras, te embobas, y al final acabas haciendo lo primero que se te cruza y a mi que me den; luego me vienes llorando pretendiendo que sea yo la que arregle el desaguisado y lo ponga todo en orden. Que sí, que sí, que sé que es difícil que nos pongamos de acuerdo, que yo también soy un pelín complicada y le doy la vuelta a todo; pero me reconocerás que cuando lo hacemos, cuando conseguimos estar a la par... Mmmmmm, ¡es una maravilla! ¿No crees que ambos deberíamos ser más razonables? (no se si esto en tu caso es viable). Quizás si los dos ponemos de nuestra parte es posible que lo consigamos, ¿no crees? Vale, sí, te lo prometo por mis queridas neuronas, yo intentaré ser menos rayante, más conciliadora y te dejaré hacer (espero no arrepentirme de lo que acabo de decir); pero, vamos a ver, ahora escucha atentamente y déjame que, en esta ocasión, sea yo la que diga la última palabra, seré escueta y concisa, a ver si así lo entiendes de una vez... ¡¡¡ESPABILA!!!

[ le dijo la mente al corazón ]

23 octubre 2010

[...]

22 octubre 2010

Algo sobre la felicidad y los sentimientos


¿Sabes? Hoy he llegado a la conclusión de que, al fin y al cabo, lo que cuenta en realidad es SENTIR... Sentirte vivo/a, sentir que sientes o que has sentido. Que cuando el alma se te agarra al estómago, te hace un nudo y te aprieta, es para recordarte que aquello que pasó, que está pasando o que pasará, ha sido, es, o será algo importante en tu vida. Que para bien o para mal la palabra "sentimiento", aún siendo un vocablo bonito, no siempre describe algo hermoso. Que lo positivo te ayuda a crecer como persona y lo negativo te hace ser más fuerte. Hoy entendí por fin que la tan preciada "FELICIDAD" se va componiendo con todos esos momentos en los que, de una manera u otra, SIENTES... Que no te la regalan ni aparece sin más, sino que se construye y se cimenta en el día a día. Que es como un puzzle que va encajando sus piezas a base de vivir, y que, al final de la vida, de tu vida, cuando recorras hacia atrás el camino de tu propia existencia, si no te falta ni sobra ninguna de esas piececitas, puedes estar seguro de que por fin has encontrado esa especie de "santo grial" que todos andamos buscando a diario. Y, sobre todo, hoy he vuelto a descubrir y quería contarte que, a menudo, esa desesperada búsqueda no nos deja ver el sendero.

Saramago dijo algo así como que «hay estar siempre atento a la realidad del mundo, tanto a las cosas buenas, como a las malas» con la pretensión última «de alcanzar la felicidad», una cualidad que definió como «dar pasos hacia uno mismo y mirar lo que se es».

Yo no entiendo mucho de filosofía (no más que de nanotecnología, física cuántica o contabilidad financiera, por ejemplo), pero hoy he llegado a la conclusión de que, en realidad, sólo eres feliz cuando no te cuestionas si realmente lo eres.

Quizás sea algo tan sencillo como...



21 octubre 2010

Soneto...

(Del it. sonetto, y este del lat. sonus, sonido)

1. m. Composición poética que consta de catorce versos endecasílabos distribuidos en dos cuartetos y dos tercetos. En cada uno de los cuartetos riman, por regla general, el primer verso con el cuarto y el segundo con el tercero, y en ambos deben ser unas mismas las consonancias. En los tercetos pueden ir estas ordenadas de distintas maneras.



Que me perdonen todos sus detractores,
pero es que este hombre me parece,
que además de otras virtudes que ofrece,
es uno de esos grandes genios escritores

Si fuera tan fácil...

16 octubre 2010

De haberlo sabido...



Y, como siempre, lo que pudo ser se nos escapó de las manos
y todo se nos volvió del revés, aún cuando parecía que era perfecto.
Como tantas otras veces.