22 octubre 2010

Algo sobre la felicidad y los sentimientos


¿Sabes? Hoy he llegado a la conclusión de que, al fin y al cabo, lo que cuenta en realidad es SENTIR... Sentirte vivo/a, sentir que sientes o que has sentido. Que cuando el alma se te agarra al estómago, te hace un nudo y te aprieta, es para recordarte que aquello que pasó, que está pasando o que pasará, ha sido, es, o será algo importante en tu vida. Que para bien o para mal la palabra "sentimiento", aún siendo un vocablo bonito, no siempre describe algo hermoso. Que lo positivo te ayuda a crecer como persona y lo negativo te hace ser más fuerte. Hoy entendí por fin que la tan preciada "FELICIDAD" se va componiendo con todos esos momentos en los que, de una manera u otra, SIENTES... Que no te la regalan ni aparece sin más, sino que se construye y se cimenta en el día a día. Que es como un puzzle que va encajando sus piezas a base de vivir, y que, al final de la vida, de tu vida, cuando recorras hacia atrás el camino de tu propia existencia, si no te falta ni sobra ninguna de esas piececitas, puedes estar seguro de que por fin has encontrado esa especie de "santo grial" que todos andamos buscando a diario. Y, sobre todo, hoy he vuelto a descubrir y quería contarte que, a menudo, esa desesperada búsqueda no nos deja ver el sendero.

Saramago dijo algo así como que «hay estar siempre atento a la realidad del mundo, tanto a las cosas buenas, como a las malas» con la pretensión última «de alcanzar la felicidad», una cualidad que definió como «dar pasos hacia uno mismo y mirar lo que se es».

Yo no entiendo mucho de filosofía (no más que de nanotecnología, física cuántica o contabilidad financiera, por ejemplo), pero hoy he llegado a la conclusión de que, en realidad, sólo eres feliz cuando no te cuestionas si realmente lo eres.

Quizás sea algo tan sencillo como...