30 julio 2010

Lo que me gusta de la lluvia...

Fotografía extraída de aquí

Observarla asomada a la terraza mientras el agua canturrea repiqueteando contra el suelo de pizarra mojada. Hacer dibujitos "picassianos" enlazando las gotitas que se posan a descansar sobre el cristal. El olor a esencia de vainilla de mi cuerpo mezclado con el que desprende la tierra mojada de las macetas. Que mis plantas se independicen por unos días y no necesiten de los pocos cuidados que les propino. Los diez grados más de temperatura que se cuelan por el hueco abierto de la ventana de mi dormitorio. Calzarme las sandalias y bajar a la calle a pisar charcos para notar el tacto del agua fresca en mis dedos mientras camino. Salir corriendo y refugiarme empapada bajo el primer portal cuando un nuevo chaparrón me sorprende y, para no variar, olvidé echar mano del paraguas. Contar los segundos entre trueno y trueno e intentar adivinar cuándo hará su "aparición estelar" el próximo rayo. Alegrarme de que el día anterior me propuse seriamente lavar de una vez el coche y, por pereza, no lo hice. Partirme de la risa cuando, conduciendo, el coche de al lado me adelanta y me salpica por no haber cerrado la ventanilla a tiempo. Provocar una minilluvia cual "dios" de pacotilla golpeando el tronco de un árbol mirando desde abajo hacia sus ramas para refrescarme. Que la playa se vacíe de gente y luzca un ambiente melancólico que invita a pasear. Pensar que tras las nubes asomará el sol y obviar que volverá a calentar otra vez sofocantemente rompiendo la tregua de aire fácil de respirar que nos regaló la lluvia.