24 abril 2008

Hoy te he buscado...


Un segundo después de abrir los ojos tras el primer aviso del despertador, en el reflejo de mi cara dormida contra el espejo, en el agua fría que me ha sobresaltado en la ducha, te he buscado. Diez minutos más tarde, al deshacer dos cucharadas de azúcar en el café, y pasada media hora, acompañando los pasos que me han llevado hasta el coche, te he buscado. En el rojo de los semáforos, en las voces de la radio que amenizan el trayecto de camino al trabajo, en el lento camión que no he sido capaz de adelantar y en los cinco segundos que permanezco sentada sin más después de aparcar, te he buscado. En cada canción escuchada a lo largo del día, en los suspiros contenidos, en los textos corregidos de libros que nunca leeré y al mirar cien veces por la ventana, te he buscado. En las hojas de los árboles que se cruzaban en el camino de vuelta a casa, en los rayos de sol que atravesaban el parabrisas cegándome los ojos, en el asfalto mojado tras una leve lluvia, en cada uno de los transeúntes que caminaban por las aceras con una rosa entre sus manos y en las páginas encuadernadas expuestas en los escaparates, te he buscado. Hoy no había nubes en el cielo, de esas de los simpson que seguramente hubieran dibujado tu rostro. Hoy estabas tan lejos y tan cerca, que evitando la posibilidad de encontrarte... Te he buscado.