25 noviembre 2006

Su tesoro...


Abrió el cajón por segunda vez esa mañana... Tras comprobar que seguían ahí, es su sitio, exhaló un suspiro y se tranquilizó. Aquella pequeña caja de clips de colores formaba ya parte de su vida. La había conservado durante años; uno de cada color... a veces se juntaban dos verdes, tres amarillos o cuatro rojos, pero siempre había uno de cada color. Cada día les echaba un vistazo, los contaba y los agitaba como si de una maraca se tratase. Le gustaba escuchar el sonido que producían cuando chocaban unos contra otros o contra las paredes de la caja de plástico transparente que los contenía. Era su pequeño tesoro. Los usaba exclusivamente para aquellas cosas que consideraba importantes y siempre con la certeza de que volvieran al lugar de donde los había sacado, la cajita. Utilizó uno de color rojo para sostener la foto que un día se hizo junto a su "ángel". Aquella que rompió con rabia cuando éste se convirtió en "demonio". Uno amarillo para guardar una nota, escrita sobre un post-it con el adhesivo gastado, que le hizo estremecer una tarde. Otro de color lila para marcar la página de un libro cuyo texto le había hecho llorar: «Si algú estima una flor de la qual només n'existeix un exemplar en milions i milions d'estrelles, amb aixó en te prou per ser feliç quan se la mira»... la había leído, releído y vuelto a leer en multitud de ocasiones, siempre le quedaba la misma sensación, así que el clip seguía en el mismo lugar desde hacía años, marcando la página treinta... su hermano gemelo (otro de color lila) guardaba su sitio en la cajita. El de color negro lo utilizó una sola vez... lo colgó de su llavero para guardar el "luto" que se había instalado durante una temporada en su corazón. Ahora esperaba no volver a tener la necesidad de sacarlo, por eso sólo tenía uno.
Observó cada uno de los colores que permanecían alborotados en aquel cuadrado estuche de plástico, los agitó por última vez esa mañana, sonrió al escuchar de nuevo aquel sonido que, sin entender porqué, tanto le gustaba, y los volvió a colocar al fondo del cajón, resguardados entre la ropa interior y los calcetines. Hay quien guarda joyas y piedras preciosas como "tesoro", ella sólo necesitaba conservar su pequeña caja de clips de colores. Le preocupaba que alguien se la arrebatara... como todo lo demás.



Te lo cuento con música: Aquellas pequeñas cosas - Serrat


3 Comments:

At 6:40 p. m., Anonymous Anónimo said...

Parece mentira lo que una caja de clips de colores es capaz de significar para una persona. Cada uno guardamos pequeños objetos absurdos y carentes de signifcado para otros; una entrada de cine, un papel escrito a mano, la tarjeta de algún restaurante ... bueno, almenos yo los tengo jejeje

 
At 10:15 p. m., Blogger belga_seg said...

:) qué tierno!!... de vrdad tienes una cajita con clips de colores? yo colecciono cartas y cartas y cartas... cuando pensé que ya nadie me escribiría una cartita de esas en las que te dices todo lo que eres incapaz de decirte a la cara, me escribieron una hace poco :). y las colecciono como clips de colores...
un besito!

 
At 8:48 p. m., Blogger Kiukara said...

Pozi... aunque le he metido un poco de fantasía al asunto :-D ... la cajita de clips existe desde hace años. Yo soy de las que guarda absolutamente "todo"... los libros de EGB, cartas en una bolsa de punto ke hice cuando tenía (emmm...) 8 añitos... Recuerdos en una caja de lata... Vamos, ke también soy una sentimental de las pequeñas cosas sin precio pero con valor.


Besikus wapos! (K)

 

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