Sentimientos exiliados

He desterrado las metáforas al paraiso de las oportunidades de ser simplemente lo que son... ya no hay razón para adornar el sentido de las palabras, formando frases que no pronunciaré jamás.
Dos más dos vuelven a ser cuatro, justo en el preciso instante en que la cordura florece en forma de sentido común y las ilusiones se esconden en lo alto de una estantería donde no llego ni de puntillas.
Los sueños se embriagan de aquel olor a posibilidad, mutando después a realidad visible, aparentemente estable a los ojos de quien no quiere ver más allá. La voz no quiebra si sabes controlarla.
Al reloj de arena se le atascó el último grano, el tiempo es relativo y depende ahora de un giro de 180 grados que quizás no quiero dar.
El aire es simplemente aire, el fuego se apagó, el agua (envenenada de impaciencia) no sacia la sed... y la Luna juega al póker con Plutón.

Y ya...