Buscando...
He abierto todos los cajones. Llego tarde y no la encuentro... han aparecido algunas cosas que ya no recordaba que estaban ahí, revueltas entre otros trastos, recuerdos mezclados con fotos de otra yo que me han hecho perder media hora dificultando aún más la búsqueda. Todo está desordenado, nada en su sitio. Un día de estos tengo que dedicarme a poner un poco de orden... pero es que siempre voy tan aprisa. Cada noche suelo dejarla sobre la mesita, junto a la cama, y por la mañana, justo en el momento de cerrar la puerta de casa, me la coloco. Así todo parece perfecto. No quiero que me vean y me pregunten: «¿dónde te la has dejado?», o alguien acierte a decir: «a ti te falta algo». Sigo buscando.
Es necesario que la encuentre... no puedo andar por ahí desvestida de ella, desnuda sin un disfraz que camufle lo que no quiero que vean, sin esa parte de mi con la que agradecer cualquier buen gesto o espantar lo que no me gusta; la necesito para intercambiarla cuando alguien me ofrezca la suya o simplemente para convertirla en carcajada si la ocasión lo merece.
Voy arriba y abajo creyendo encontrarla en cada rincón que descubro finalmente vacío. He mirado debajo de la mesa hallando sólo cuatro hojas arrugadas, tatuadas de tachones, con lo que intenté escribir hace dos semanas; lo leo... así es imposible! Quizás si pongo su canción me recuerde la última vez en que hice buen uso de ella... suena una melodía acompañada de una voz distorsionada por una pésima grabación casera... pues no, no funciona.
He abierto todos los armarios. Llego tarde y no la encuentro... Me doy el último toque en el espejo, así será más fácil disimular su ausencia, cojo el bolso, la chaqueta, las llaves, salgo a la calle... y ahí está!
Ayer, al parar delante de la puerta, en un pequeño receso antes de entrar, entre un suspiro y un parpadeo, la olvidé tirada junto al felpudo que da la bienvenida a casa. No la eché de menos al apoyar la cara sobre la almohada, ni siquiera tras el último bostezo. Se ha pasado ahí toda la noche... y está perfecta...
5 Comments:
la próxima vez que no la encuentres me das un silbidito, que eso se arregla rápido... o por lo menos se intenta ;)...
no te veo pero intuyo que la tienes perfectamente colocada. un besssssssssssssssssooooooo!
Aiba! Pués no sé como se puede perder una sonrísa tan bonita, parece de esas que cuesta mil borrar.
Un besito, Kiu.
Meike.
Belga... si cojo mucho aire seguro ke retumba en el acueducto... hay quien dice ke mis silvidos ensordecen, jeje (ahora recuerdo ke tengo ke aprender sin meterme los dedos en la boca, puag!)
Meike... a veces la vida es como una de esas de Milán ke huelen a nata y dan ganas de pegarle un "bocao"... y borran, borran... pero yo siempre hecho mano de un buen lápiz y vuelvo a pintar.
Ahora la tengo... y no se me escapa! non non... he leído, he sonreido i la he atrapado... quieta ahí :-P
Besikus pa las dos... smuaaaaks!
Hola...mi primer comentario en tu bonito y original blog.
Gracias a Anita he llegado hasta aqui y me he entretenido un rato leyendote...
Tu sonrisa "olvidada"también es bonita...un arma con efectos increibles...que suerte tienes!
Un saludo.
Hola azul,
Pues me alegra leerte a ti también por akí ... veo ke tenemos un "bixito" en común, jeje!
He echado un vistacillo a tu blog y me ha gustado ;-)
Gracias... Besikus!
Publicar un comentario
<< Home