04 agosto 2006

Bienvenida a casa


Hoy he contado por lo menos ocho... dieciseis orejitas que apresuraban su paso hacia un lugar seguro al escuchar el estruendoso sonido del motor de mi diesel desapaciguando la traquilidad que seguramente les proporciona la noche. Siempre andan por ahí, a esas horas, las tres y cuarto de la mañana según marcaba el reloj del panel electrónico de mi coche. Ellos nunca "llegan tarde", como el de Alicia. Salen al borde del camino... imagino que a comer un poco de hierba, tomar la fresca y quizás contarse batallitas acontecidas a lo largo del día: «¿Sabes Rabbit? hoy cuatro mocosos humanos encontraron divertido liarse a pedradas contra mi madriguera...». Reduzco la velocidad, comparto la mirada con el asfalto y los observo mientras ellos, temerosos, emprenden la huida.
Van de dos en dos, en pareja como mínimo... Es curioso verles correr cuando los focos los iluminan, dando esos saltitos que los caracterizan y que a mi me parecen de lo más gracioso. Me gusta porque me hacen sonreir... y eso en ocasiones es tarea difícil. A veces, algún valiente oportuno desafía mi llegada sin moverse del sitio, moviendo el hocico y los bigotes como aquella embrujada de los sesenta. Entonces me entran ganas de parar el motor, bajar lentamente y acariciar su lustroso pelaje grisáceo. Pero nunca lo hago... se que en cuanto ponga el pie en el suelo, menguará su valentía y correrá a la búsqueda de un rincón en el bosque donde esconderse. Yo no llevo piedras, pero eso él no lo sabe.
Son esos momentos (la Luna y alguno que otro más) los que me hacen sentir el privilegio de vivir a las afueras y tener que conducir unos cuantos quilómetros en la noche de vuelta a casa. Hoy estuve en el centro, con unos amigos, de concierto (Maika Makovski, genial), en esa sala que frecuento tanto últimamente... a la hora de la despedida alguien me preguntó «¿Y no te da pereza tener que ir ahora hasta tu casa?». Pues a veces sí. Pero si después de unos cuantos minutos de carretera eres capaz de disfrutar de semejante recibimiento de vuelta... incluso se agradece.


«Volveré temprano, respira tranquila.
Cuando los demonios sanen tus heridas
no habrá que buscar ni luz ni aspirinas»


[ Volveré temprano - Ismael Serrano ]



Te lo cuento con música: Good Bye Alice in Wonderland - Jewel


Estado: satisfecha / Resultado: equilibrio