Nudos... Des(a)Nudos

Han pasado dos semanas... El nudo sigue ahí, vencedor, paseándose libremente de tu estómago a tu garganta y no consigues expulsarlo ni aún vomitando todas las palabras que dejaste por decir.
«Vete de una vez, ya no tengo frío y estoy sorda de razones», le has gritado veinte veces (quizás cien) sin obtener ningún resultado, afianzando su posición en las horas en que los recuerdos vuelan por tu cabeza. Este te ha salido cabezota, pasó por alto el derecho de admisión y tiene intención de instalarse en cada hueco de tu cuerpo provisto de otras intenciones. Eres frágil, aunque muchos piensen lo contrario; él sabe como amarrarse a tus debilidades, no te deja llorar y se hace fuerte en tus sueños trasformándolos en pesadillas.

¡Deja ya de soñar! Las ovejitas dejaron de saltar la valla y dieron portazo a todos los obstáculos ¿no lo ves? Las guitarras no se dejan tras las puertas, Papá Noel no existe, debiste aprender la lección.

Deshazte de él, sabes como hacerlo... engáñalo fingiendo que compraste 3/4 de olvido en el mercado de las ilusiones, hazle saber que las sonrisas están en oferta y que alguien te contó que en el puesto de la esquina regalan besos envueltos en papel de colores dentro de una cajita estampada con la cara de la Luna.
Sólo es un maldito nudo que juega a distraerte mientras tú piensas en todas las posibilidades. ¡Deja ya de pensar!

¿Quieres un buen antídoto? Es como un antibiótico, pero para nudos... Grita, grita como si nadie pudiera oirte... y baila, baila como si nadie te estuviera viendo.



«Lo peor de la incerteza es que no te da opción a decidir»

[ Eva - Yo misma ]



Te lo cuento con música:


[ Sanar - Jorge Drexler ]


Estado: deshaciendo nudos / Resultado: Una cuerda... para escalar