30 noviembre 2006

Endrexlerizada...

Pues por fin llegó el gran momento, ese que andaba esperando durante largo tiempo en lo que a cuestiones conciertiles se refiere... y algo pendiente en lo personal que quedó finalmente resuelto (de esto último hablaré, o no, en otra ocasión). Hace poco escribí un texto sobre nudos, sobre la sensación de tener algo entre la garganta y el estómago que te ahoga. Pues bien, esa era una de las sensaciones contradictorias que sentía al irme a dormir anoche; aunque, por suerte, al cerrar los ojos y apoyar la cabeza contra la almohada, ganó al desasosiego la enorme satisfacción de haber disfrutado de un "gran espectáculo", sin precedentes en mi corta pero intensa experiencia en el deleite de músicas en directo.

La noche, que auguraba perfecta, empezó siendo mágica... Me reencontré con dos personas a las cuales tengo un gran cariño (por diferentes circunstancias). Una se lo ha ganado a pulso, con su forma de ser, su gran corazón y por la energía positiva que desprende... es de esas personas en las cuáles te ves reflejada, a las cuáles te gustaría parecerte y que da gusto conocer. Marta me presentó a su hijo, un encanto, y por lo poco que pudimos charlar me dio la sensación que tiene un gran parecido con su madre. La otra (persona)... Él... Bueno... de eso ya he dicho que hablaré otro día (o no).

Drexler se acabó de ganar mi corazoncito (que ya conquistó en parte hace más o menos dos años), mis oídos (ávidos de escuchar cada nuevo tema), mis ojos (expectantes de lo que allí acontecía), mi admiración y hasta parte de la baba que no llegó a caer por mi boca entreabierta al sumergirme en sus canciones.


[ No es del concierto del Palau... pero pudiera serlo ]

El uruguayo se basta y se sobra solito con su guitarra sobre el escenario [íntimo, personal y entregado, hasta el punto de abandonar a su taburete y colocarse literalmente en el suelo a petición del público que no lo veía]; pero es que además se dejó arropar (sobre todo en los temas de su nuevo discazo) por un elenco brutal de músicos (la banda, compuesta por: batería, percusión, violonchelo, guitarra-bajo, violín, DJ) y características musiquitas (esos soniditos en forma de: samplers, loops, scratch y demás "milongas") que no hicieron sino reforzar su capacidad para ganarse a un público deseoso de escuchar sus letras, con su manera peculiar de interpretarlas. Abrió el concierto, como era predecible, con 12 segundos en la oscuridad, con ese sonido que, si cierras bien los ojos, te "psicotransporta" directamente al Faro Polonio... y para cerrar Memoria del cuero (brutalmente brutal), con la que levantó de sus asientos en intensa ovación a un "aforo completo" que, en el Palau de la Música, se observaba maravillado. Un lujo escuchar (y acompañar) las voces de los allí presentes, a modo de susurro, en los estribillos en los que él bajaba la voz con intención de hacernos partícipes de lo que, a mi parecer, fue un directo fuera de lo común. Los que esperaban escuchar su polemicofamoso oscarizado tema «Al otro lado del rio»... se quedaron con las ganas... Ahí, con dos cjns!

No suelo llorar con facilidad, casi siempre que lo hago es para adentro y mostrando una sonrisa hacia fuera (me lo guardo para mi... ¿defecto o virtud?). Pero ayer, al escuchar 730 días, una de mis canciones preferidas (aunque, sinceramente, no sabría por cuál decantarme), el tal Jorge casi consigue hacerme soltar unas lagrimitas, me emocioné y a duras penas las sostuve en la frontera entre la pupila y el párpado inferior de mis ojos... los mismos que se mantuvieron expectantes y agradecidos durante las dos horas que duró el concierto. Hasta olvidé por completo sacar mi otro "ojo digital" del fondo desordenado de mi bolso. Ni una foto... Así que me conformo con los flashes que quedan archivados en mi memoria y que, seguramente, durarán años.

Una velada perfecta... Sólo me faltó descifrar esa mirada...


Mi guitarra y vos

1 Comments:

At 5:27 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo ya he estado en dos de Drexler. Al que da en Madrid en diciembre no iré, porque mi economía no está para tirar cohetes, pero los que he tenido la suerte de disfrutar, me han parecido una pasada!
Bssssss

 

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